LAS MENTIRAS DEL SILENCIO
Desde los orígenes de la humanidad la comunicación es sumamente importante, dar a entender ideas, sentimientos, negocios; esta necesidad ha sido tan trascendente que lo que tenemos por decir se ha vuelto tan importante que la demanda por la información se paga a un buen costo.
Las redes sociales han invadido los rincones de la tierra, ya que para la gran mayoría el expresar sentimientos, hábitos, maneras de pensar, modas y hasta el simple ritmo de la vida, se ha convertido en una necesidad.
Yendo al ámbito de las relaciones más cercanas ¿Qué tan lejos puede llegar una relación donde no existe el dialogo? Ignorar las palabras y los sentimientos del otro lleva a una relación a lo disfuncional y en muchas ocasiones al fracaso.
Cuando eres parte de una sociedad, comunidad, fraternidad, en la que no debas pensar sólo en ti y se te ocurra tomar decisiones unilaterales, generarás caos y desconfianza.
La comunicación se ha constituido como uno de los pilares básicos en el desarrollo de las civilizaciones.
La globalización se ha encargado de conectarnos con el resto del mundo en cuestión de segundos a un clic de computadora o a un toque de pantalla, podemos ubicar personas al otro lado del mundo y lograr intercambiar ideas.
Curiosamente, el ser humano le pertenece a un diseñador, a un creador que al confeccionarnos sabe el por qué y para qué de nuestra existencia en esta tierra, esto debería generar una dependencia completa del hombre con Dios, pues al ser el autor de la vida, sabe exactamente cómo vivirla.
Hace milenos, un hombre cortó los canales de comunicación, siguiendo el ritmo habitual de su vida, dejándose llevar por sus instintos y por lo que le dictara su corazón, no se preocupó por ir a su creador y contar con su consejo y aprobación.
Con el paso de los años, varias de las decisiones tomadas en este tiempo de no conexión, lo llevaron a una crisis profunda, a un momento sombrío de mucha incertidumbre y de un conformismo ante las grande metas de la vida.
Los propósitos con los que había sido marcado para impactar en su tiempo, se estaban viendo en peligro, aun peor, no estaba interesado en romper ese silencio, así que es Dios quien toma la iniciativa y restablece los canales de comunicación, creo que Dios no quería dejar pasar más tiempo y dejar ir por la borda las grandes cosas que tenía preparadas para este hombre.
Cuando callamos las cosas, empezamos a asumir, a poner palabras en la boca del otro, a anular sus ideas a ignorar su personalidad, el silencio genera una serie de falacias de las que debemos cuidarnos.
La Mentira de los Errores y los Engaños
Si tomas decisiones en silencio, en lo secreto sin consultarlas con Dios, eso te va a llevar a cometer errores, tomamos determinaciones sin consultar con Dios aunque demos la apariencia de que si lo hiciéramos, el santiguarnos, el decir: en el Nombre de Dios, hagámoslo.
Cuando no partimos de la Palabra de Dios, sino de nuestras opiniones o de los consejos de otros imperfectos como nosotros, tendremos muchos dolores de cabeza.
El punto con esta mentira está basada en que asumimos que el error que cometimos está bien y no es tan error como parece, cuando admitimos el silencio su mentira es disfrazar el yerro con apariencia de verdad.
Dios le había prometido un hijo al gran patriarca Abraham, pero al ver que pasaba el tiempo y el cuerpo seguía envejeciendo, la infertilidad no era sanada, este hombre en consenso con su esposa Sara, urden un atajo el cual consiste en involucrar a una tercera persona a la relación que tenga un hijo y se lo otorgue como propio a la esposa del hijo de Taré.
La tercera persona se llama Agar, una esclava egipcia, quien si concibe un hijo, generó un contratiempo a lo que Dios tenía trazado en sus planes.
En el momento que Dios quiere recordarle a Abraham que va a bendecir su descendencia, él inmediatamente conecta a sus generaciones con el hijo de la esclava, Ismael, es decir, creyó que ese error había sido un acierto, no porque un hijo sea un error, pero este en particular, no hacía parte de la promesa del Señor para el padre de la fe.
La Mentira de la Distancia
El silencio entre Abraham y Dios empezó a generar una distancia, si no te acostumbras a tener comunicación con el Señor estás abriendo una brecha en tu relación con Él, de manera poco a poco estarás más distante.
Abraham decide abandonar la tierra prometida sin consultarlo con el Padre, su travesía lo lleva a Egipto, en donde adquiere o compra unos esclavos entre los cuales está Agar, la que años más tarde se convierte en la madre de uno de sus hijos.
En Egipto el hogar de la promesa estuvo apunto de fraccionarse, pues ante la belleza de Sara, su esposo la da a conocer como su hermana para evitar que los hombres de la región atenten contra su vida para quedarse con su mujer.
En ninguno de esos episodios aparece el padre de la fe preguntándole a Dios qué camino tomar, si descender o no a Egipto, si tomar a Agar por mujer; este es un cuadro de nosotros tomando distancia a causa de la falta de oración en nuestras vidas.
La no oración nos distancia del corazón y de las directrices de Dios para nuestras vidas.
Después de trece años de no comunicación Dios toma la iniciativa de volver a hablar con su amigo y si lees estas líneas es por que Dios quiere abrir el canal de comunicación y cambia el destino de tu vida; tal vez no te interese buscar a Dios porque te lo presentaron como una religión por lo que le estás viendo a través de un líder religioso o de un especia de culto.
La gran verdad es que Dios es una persona, ríe, siente, decide, se enoja, es tiempo de que le hables donde estés, que levantes tu voz y le manifiestes esa necesidad de conocerle directamente y sin intermediarios No dejes pasar tu oportunidad.
No hay un área donde Dios no pueda intervenir, no una solución que Jesús no pueda dar, no hay un misterio que el Espíritu Santo no pueda revelar.
Rompe ese silencio y empieza a confiar en Él.
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